El segundo día de mi viaje a Japón me desperté por la mañana en el hotel Aman y desayuné allí. Si las vistas por la noche eran impresionantes, por la mañana con la luz del día lo eran aún más ya que desde allí se ve el palacio imperial.

Después de desayunar me embarqué en una actividad de lo más aventurera: ¡Ir en metro en Tokio! No os podéis imaginar lo complicado que es porque es enorme y además no entiendes nada, así que me perdí bastante, pero al fin llegué a Asakusa. Allí está el templo Senso-JI al cual accedes por una calle repleta de tiendas y sitios con productos tradicionales. Asakusa es uno de los barrios con más historia del centro de Tokio. Los grandes carteles luminosos dejan paso a los templos y el maquillaje es sustituido por atuendos más tradicionales. Para llegar al templo se recorre la concurrida calle comercial Nakamise Dori y se atraviesa la puerta de Kaminarimon. Lo más llamativo de esta puerta es la enorme linterna de 4 metros de altura que cuelga de ella. El templo está formado por la sala principal, reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial, y por una pagoda de 55 metros de altura.

Al lado del templo compré unos amuletos (no se si servirán o no, pero me parecieron súper estéticos)  y desde ahí fui caminando hasta el río Sumida donde cogí un barco hasta llegar al Jardín Hama donde hicimos la ceremonia del té que fue realmente impresionante. En este caso no fue totalmente estricta, pero me contaron cómo es la estética y da miedo saltarse el protocolo porque es una ofensa. Reconozco en Japón voy con mucho cuidado en las relaciones con personas porque al ser culturas diferentes te encuentras que aveces puedes ofender sin querer.

Luego fui a Ginza que es el barrio de referencia de Tokio por ser donde hay más tiendas de alto standing. Para que lo entendáis es como la quinta avenida de Nueva York. Además, las tiendas de Japón son una pasada por su arquitectura y decoración. Si vais no os podéis perder Dover Street.

Desde allí me fui al distrito de Harajuku a ver el santuario Meiji y luego a la zona de Takeshita-dori. ¿Sabéis las típicas imágenes de japonesas vestidas en plan futurista con el pelo de colores? Pues eso es este barrio y es algo que me divirtió muchísimo de ver porque tiene ese punto ente kitch y cute.

Un ejemplo es la tienda de Comme des Garçons que el edificio es enorme y muy bonito y estéticamente alucinante. Después de todo esto estaba agotadísimo y ya volví al hotel a ducharme, a descansar un rato y luego me preparé para ir a cenar a Nobu, el famoso restaurante japonés que está triunfando en todo el mundo.

Hasta aquí mi segundo en día en Tokio. ¡Dejadme en comentarios si os está gustando esta serie de posts de mi viaje a Japón! Hasta mañana 🙂

Fotografías e imágenes Juan Avellaneda