Reflexiones sobre los Oscar 2017

Los Oscar es uno de los eventos más esperado del año. Todos los flashes apuntan hacia una misma dirección y tanto actores como actrices quieren acertar en su vestimenta para poder entrar en el olimpo de los mejores vestidos de la noche. En conclusión: si estás invitado más te vale no improvisar y cuidar todos los detalles.

Pero ¿qué serían unos premios de tal magnitud sin invitados que no acierten demasiado? No hay duda de que muy aburridos. Cabe decir que normalmente en los premios internacionales hay mucho más show que los nacionales, pero (sintiéndolo mucho) siempre habrá algo que decir y más en los hombres, porque parece fácil ponerse un esmoquin, pero no lo es.

Así que vuelvo a decir lo mismo que en los Goya: ¿tanto cuesta probar los looks unos días antes para corregir errores?

El esmoquin de John Legend le va estrecho de hombros y largo de puños por lo que le queda totalmente deslucido.

Ryan Gosling arriesgó y acertó con una camisa de chorreras, pero ¿lleva la cremallera abierta? Decidme que no…

Uno de mis favoritos ha sido el cantante Pharrell y su esmoquin (con joyas incluidas) de Chanel. Sin duda, es alguien que puede permitirse arriesgar y salir airoso con un diseño del Káiser.

A Vince Vaughn la chaqueta la va muy pero que muy corta.

Andrew Garfield es un buen ejemplo de alguien que no quiere pasarse de riesgo, pero va perfecto: largo justo de pantalón y mangas de chaqueta. Camisa blanca cuyos puños asoman lo necesario. Nada más que añadir.

Por el contrario, Tarell Alvin McCraney es sinónimo de lo que no hay que hacer nunca. ¿Todo al blanco? ¡No! Encima lleva el pantalón arrugado…

Justin Hurwitz va bien vestido, pero la pose rompe el esquema de lo que es un esmoquin. Por eso es complicado llevarlo, porque al mínimo movimiento se desboca. Nota: Cuando te hagas fotografías con traje, nunca subas demasiado los hombros o brazos o abraces a alguien por detrás, pues acaba desbocando el cuello y hombros. Sin embargo, es perdonable por esa maravillosa banda sonora de La La Land y por sus pocas tablas a la hora de hacer un photocall.

 

Otro ejemplo de esmoquin grande: el de Matt Damon. Le hace un (mal) cuerpo que en realidad no tiene.

En conclusión, los Oscar de este año han sido totalmente descafeinados. No ha habido grandes riesgos y la alfombra roja pasa el aprobado justo. Suerte de Warren Beatty y su estrepitoso error…

Share on FacebookTweet about this on TwitterPin on PinterestEmail to someone